miércoles, 11 de enero de 2012

La puerta del tiempo, Robert Heinlein

Obra de juventud, cortita, juega con la paradoja del viaje en el tiempo y retornar hacia uno mismo para encontrarse a sí mismo. Lo demás es el camino para contarnos hasta cuatro veces la misma escena vista desde cada tiempo del mismo personaje.
Bob Wilson tiene que terminar su tesis en una noche. Está en todo el meollo cuando se abre un portal a su espalda y aparece un tipo que le dice que tiene que cruzarlo y viajar a más de treinta mil años en el futuro.
Bob se niega, y aparece un nuevo personaje en la habitación por el mismo portal, que le dice que no tiene que ir.
Luego recibe una llamada telefónica de sí mismo. Y las cuatro situaciones son contadas desde el punto de vista de cada uno de los yos que conforman al propio personaje.
Tras este tete-à-tete literario, un tanto complejo y a veces un poco cansino, la historia sigue para volver a llegar al principio.
La obra es mediocre ahora mismo, pero seguro que en su momento causó cierta sensación.

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