Hacía muchos años que no leía a Vázquez-Figueroa, más que nada por su manía de hacer “muchalogías” de doscientas páginas el volumen. Ignoro si continuará haciéndolo o no, pero este parece ser un libro completo en sí mismo y, aunque deje el final abierto, es bastante autoconclusivo.
Y no está nada mal. No es largo, no es pesado, no es lento (bueno, un poco al principio sí), y es muy entretenido, porque lo que empieza como una cosa termina como otra completamente diferente.
Por lo que recuerdo, puro Vázquez-Figueroa que, sin ser la originalidad extrema típica de una POMM de otro género, tiene su originalidad y su vuelta de tuerca bastante bien conseguida.
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